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Una de las limitaciones de la olla rápida es que dificulta añadir o retirar ingredientes en función de sus distintos tiempos de cocción. Vimos en la entrada del cocido madrileño que aun así no había que tener miedo a partir la cocción en dos o tres pasos. Hoy vamos a ver otros dos sencillos trucos que nos permiten combinar en la olla ingredientes con tiempos de cocción ligeramente distintos, y los usaremos para adaptar este guiso «de toda la vida».
La primera idea es que la cocción al vapor es algo más lenta que la cocción en líquido hirviendo. Y la razón es curiosa por poco intuitiva. Los cambios de estado requieren o liberan una gran cantidad de energía. La cantidad de calor latente en el vapor de agua es de 2 a 5 veces mayor que la cantidad de calor sensible contenido en el agua caliente saturada después de la condensación. Este calor latente se libera al condensarse en la superficie del alimento y debería calentar la comida muy rápido. Pero parece ser que la fina película de líquido que se forma en la superficie del alimento actúa de barrera ofreciendo resistencia térmica y reduciendo hasta 10 veces la eficiencia de la transmisión de calor. Con productos de superficie perfectamente lisa y sin rugosidades el condensado puede caer en gotas por la acción de la gravedad y no se forma la película, pero esta condición no la cumplen la mayoría de alimentos, por lo que al final el vapor suele ser algo más lento que el hervido. Los más técnicos podéis buscar «dropletwise vs. filmwise condensation», p.e. aquí y aquí.
A lo que íbamos, si tenemos dos ingredientes cuyo tiempo de cocción es distinto —pero no demasiado— podemos formar dos «capas» en la olla: sumergir el de cocción más lenta en un líquido y disponer el de cocción más rápida por encima, sin sumergir, de forma que se cocine con el vapor que suelta el líquido que está debajo al hervir. Podemos disponer la capa superior directamente sobre los alimentos que están debajo, si estos impiden que se hunda, o bien usar una cesta u otro adminículo que nos permita cocinar al vapor en la olla. Esta técnica se puede usar por ejemplo para cocinar simultáneamente los tallos (sumergidos) y las hojas (al vapor) de verduras como la acelga o la col china, o en este caso las patatas hervidas en caldo y las costillas y las setas al vapor.
En mi opinión, la cocción más suave que proporciona el vapor le viene muy bien a las costillas. Con las setas no lo tengo tan claro, el día de las fotos también las hice al vapor pero igualmente es buena idea ponerlas enteras o troceadas con las patatas, y aportan más sabor al líquido, lo que en este caso no es necesario ya que usamos un rico fondo de jamón.
El segundo «truco» es bastante obvio: trocear uno de los ingredientes para ajustar el tiempo de cocción al del otro, en este caso partir las patatas en trozos cuyo tamaño determine un tiempo de cocción que nos guste para las costillas.
Como siempre, los tiempos de esta receta son para ollas «super-rápidas» con válvula que se bloquea al subir la presión. La olla perfecta es una ancha que facilite el dorado inicial de las costillas y luego disponer las patatas en una sola capa, como la Kuhn-Rikon Duromatic Hotel de 5 litros (no, no me dan comisión). Por supuesto podemos hacerlo con cualquier otra olla, aunque con el diámetro estándar seguramente sea mejor hacer el dorado inicial y el sofrito en una sartén amplia y luego moverlo todo a la olla, y habría que ajustar la cantidad de líquido para que cubra las patatas.
Ingredientes, para 6 personas
- 80 g de aceite de oliva
- 750 g de costillas de cerdo adobadas
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolla grande
- 1,5 kg de patatas, mejor de tipo harinoso
- 60 g de jerez seco
- 500 g de fondo de jamón o de cerdo, o la cantidad necesaria para cubrir las patatas
- 500 g de setas
de temporada:frescas que toleren bien el guisado, como níscalos o de cardo - Sal y pimienta negra
- Una pizca de cayena molida
- 2 hojas de laurel
- 2 ramas de tomillo fresco
- 1 rama de romero fresco
Preparación
Calentamos el aceite en la olla a fuego vivo hasta unos 190ºC y doramos las costillas por todos sus lados, unos 10 minutos. No hay que sobrecargar la olla porque se cocerían más que dorarse, así que seguramente tengas que hacerlo en dos o tres tandas. Mientras, laminamos finos los dientes de ajo y las cebollas en juliana, y limpiamos las setas. Pelamos las patatas y las partimos en trozos. Para las fotos yo quería piezas medianas de unos 2x2x3 cm, pero algo más pequeñas son más cómodas de comer y se cocinan más rápido.
Retiramos las costillas y las reservamos. Bajamos el fuego y confitamos los ajos unos minutos sin que lleguen a oscurecer. Añadimos la cebolla, desglasando el fondo de la olla con el líquido que desprenden, y sofreimos hasta que se ponen transparentes, unos 10 minutos.
Añadimos las patatas y mantenemos unos minutos. Vertemos el jerez, llevamos a ebullición y dejamos que evapore unos 5 minutos. Volcamos el fondo de jamón de forma que cubra las patatas al ras y sazonamos con sal, pimienta molida y cayena al gusto. Para la sal yo estimo alrededor del 0,8% del peso de los ingredientes que no estén ya sazonados, ajustando «a ojímetro» por la posible evaporación de líquido (mínima en la olla rápida) o la presencia de huesos. 0,8% es poco pero con la sal añadida al principio es mejor ser conservador y ajustar al final. Con un fondo sin nada de sal, 15 g de sal es un buen punto de partida para esta receta.
Añadimos las hierbas aromáticas y disponemos las costillas reservadas y las setas por encima de las patatas.
Cerramos la olla, subimos el calor al máximo hasta que suba la presión alta («2 rayitas»), bajamos el fuego para que se mantenga la presión entre 8 y 10 minutos, apagamos el fuego y dejamos que la válvula baje por sí sola. El tiempo adecuado puede variar ligeramente en función del tipo de patata, nuestro gusto, cómo la hayamos cortado, e incluso el tipo de calor empleado. A mí en este plato me gustan las patatas blanditas, muy bien hechas, en trozos de unos 2x2x4 serían unos 10 minutos.
Cuando baja la presión podemos remover con cuidado todos los ingredientes y volver a cerrar la olla unos minutos para que se integren bien los sabores. Si no vamos a consumir inmediatamente, no es necesario ya que sucederá en el recalentado posterior.
Menudo pintón, las voy a hacer esta noche!!, te cuento mañana!
Vaya guiso más bueno. Me gusta mucho cómo salen las patatas en la olla, pero en este caso yo hubiera cocido más las costillas, y hubiera tenido que abrir, echar las patatas… todo el rollo. Probaré lo tuyo.
El método de colocar encima lo que se cuece antes es mi clásico en situaciones parecidas.
Un saludo!
No puedo dejar de comentar… si es que me has dado en «toelbebes». A ver, por orden, no tengo nada que rebatir a prácticamente nada de la receta, y tiene una pinta espectacular. Enhorabuena por el guiso y por las fotos, estoy salivando.
PERO ¿de verdad te vale cualquier seta de temporada? La textura y consistencia del níscalo lo convierten en ideal para guisos «de cuchara», como este, pero a mi personalmente setas más «blandas» y con más mucílago como la de cardo no me parece que queden bien en cocción, en mi opinión pierden ellas y no gana el guiso.
Es cierto que esto está muy sesgado por mis gustos personales, creo que a la mayoría de las setas les sientan bien preparaciones muy cortas que modifiquen poco el sabor que tienen recién recogidas.
No sé, te propongo que en el próximo otoño nos vayamos a por setas y nos intentamos convencer mutuamente… 😉
Abrazos
PD: ¿cuáles son las setas de las fotos? No las acabo de reconocer…
Vale, por ser tú aceptaré «pulpo». Está claro que a esta receta lo que le va mejor es el níscalo, pero como a veces no es «de temporada» pues no se encuentra, y no a todas las setas les va a sentar tan bien el guiso —procedo a corregir el texto para regocijo de amigos picajosos—. Las de la foto son setas de cardo, y al hacerse al vapor la cocción fue bastante más suave que si se hubiesen hecho integradas en el líquido del guiso y quedaron bien buenas.
Un abrazo
Hola Enrique,
ahora que ya tenemos el equipo sousvide y la olla superapida kunh-rikon, se me cruza una ollas de las superlentas. Creo que que son apropiadas para recetas como la de esta entrada. Antes de aventurarme en la compra, me gustaría que me aconsejaras.
; ¿las has usado? ¿qué te parecen?
Muchas gracias. Saludos.
Hola Manuel, lo siento nunca he usado esas ollas. Un saludo.
y el agua? que cantidad?
No hay agua. Las patatas se cuecen en los 500 g de fondo de jamón.