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Salmón a 43ºC de Thomas Keller, emplatado sin coulis

Esta es la mejor preparación del salmón que conozco. Se trata de una receta del libro The French Laundry. Thomas Keller, como no podía ser menos, coge dos técnicas que ya por separado son magníficas para este pescado y las combina para elevarlo a su máxima expresión. Es un plato que he servido a bastantes invitados y siempre ha cosechado un gran éxito. Por cierto, también es una buena opción de cara a las fiestas que se avecinan.

Primero se hace un marinado del salmón mucho más breve de lo normal, en sal, azúcar, y piel de cítricos, y luego se completa con un confitado a baja temperatura que deja la carne del salmón con una textura incomparable. Incluso si el salmón a 43ºC te parece poco hecho, en esta preparación, al combinarse con el marinado inicial, no lo está.

Yo lo preparo últimamente con el equipo sous-vide, que facilita las cosas, pero no es necesario, tal como vamos a ver puede prepararse también sin más ayuda que un termómetro que controle la temperatura del aceite.

Cítricos

Ingredientes para 4 personas

  • Un lomo de salmón de unos 800 g y 17 cm de largo, sin piel y de una anchura lo más homogénea posible

Para el marinado:

  • 130 90 gr de sal gorda
  • La piel rallada de una naranja
  • La piel rallada de un limón
  • La piel rallada de una lima
  • 12 g (2 cucharadas) de azúcar
  • 4 g (1 cucharada de café) de pimienta blanca recién molida

Para el confitado:

  • 200 g de aceite de oliva virgen extra suave, p.e. Arbequina (más si no se prepara al vacío)

Preparación

Empezamos limpiando el salmón. Con un cuchillo bien afilado retiramos la capa plateada de la piel que suele dejar el pescadero, así como cualquier zona oscura. Con unas pinzas retiramos todas las espinas. Por último, cortamos unos 7 cm de la parte grasa de la tripa (la zona más fina), que utilizaremos para otros platos. El objetivo es obtener una pieza de un grosor más o menos homogéneo, alrededor de unos 3 cm y unos 550 g de peso.

Preparado del samón

Para la marinada, rallamos bien la peladura de las tres frutas (la receta original uso algo menos lima y limón pero incluye pomelo), nada mejor para esto que un Microplane Zester, y las mezclamos bien con el resto de ingredientes.

Mezcla de cura a los cítricos

En una bolsa de vacío introducimos el salmón y extendemos la marinada por todo su contorno. Hacemos el vacío e introducimos 3 horas en el frigorífico con algo de peso encima. El tiempo debe ajustarse en función del grosor de la pieza, añadiendo o quitando una hora por centímetro según Keller (ajuste que no me parece muy exacto ya que se trata de un proceso de difusión…) No debe pasarse de tiempo o quedará demasiado salado.

Salmón envasado al vacío, curándose

Si no tenemos envasadora al vacío, disponemos una hoja larga de papel de plata sobre una bandeja, repartimos la mitad de la marinada, ponemos encima el salmón, repartimos la otra mitad de la marinada, cubrimos y cerramos formando un paquete, ponemos otra bandeja y algo de peso encima, y al frigorífico.

Cuando pase el tiempo, sacamos del frigorífico y limpiamos bien bajo el grifo, retirando todos los restos de la marinada.

Partimos la pieza en 4 filetes. Podemos confitarlos disponiéndolos en una sartén o cazuela y cubriéndolos con aceite (en este caso necesitaremos más de los 200 g indicados arriba). Calentamos hasta 43ºC, que controlaremos con un termómetro de cocina, y mantenemos unos 20 minutos si el salmón viene del frigorífico, o unos 12 si está a temperatura ambiente. No pasa nada si lo dejamos algo más de tiempo, ya que estamos calentando a la temperatura final del plato.

O, más fácilmente, si disponemos de equipo sous-vide, embolsamos individualmente al vacío cada filete con 50 gr de aceite, y los introducimos en el baño de agua a 43ºC durante el tiempo indicado más arriba. Una tercera opción es usar una bolsa zip, una olla llena de agua y un termómetro, tal como se describe en Umami Madrid.

Filetes de salmón en aceite

Al acabar, sacamos de la cazuela o de la bolsa, secamos con papel absorbente, y procedemos a emplatar. ¡No tiramos el aceite, que tiene un estupendo sabor a salmón y cítricos!. Yo suelo usarlo para aliñar ensaladas de salmón ahumado. O usarlo de base de una mayonesa para acompañar al salmón, como Íñigo.

Este salmón queda maravilloso, tiernísimo, se deshace en la boca, y el toque de los cítricos lo eleva a otra dimensión.

En The French Laundry disponen una cama de gajos de naranja a los que se les ha retirado la piel (no siempre es fácil retirarla, depende del tipo de naranja, yo a veces sustituyo por mandarinas) y se han cubierto de sirope 50% agua y 50% azúcar con una cucharadita de vinagre de vino blanco. Lo adornan con abundante cebollino picado y caviar, y le añaden un coulis de brotes de guisante o de berros. Adornan con polvo de cítricos, que yo también pongo.

Salmón a 43ºC de Thomas Keller, emplatado con coulis

De cara a cocinar este plato en las próximas fiestas, he probado a prepararlo todo excepto el confitado final, que es muy rápido, un día antes, dejando el salmón embolsado con el aceite en el frigorífico durante 24 horas. Puedo decir que no se nota la diferencia.