Hace unos años compré y leí La Cocina al Vacío de Joan Roca y Salvador Brugués. Publicada en 2003, fue una obra pionera en la divulgación de esta técnica de cocina. Casi por primera vez se estudiaban en un libro para cocineros y el gran público los principios y la aplicación del vacío en la cocina de un gran restaurante. En aquel momento me pareció una obra de gran interés por su valor histórico y por ser la única que analizaba algunos cortes y piezas habituales de nuestro país, pero por otro lado poco clara en la presentación y desfasada en algunos de sus conceptos, como comenté por ejemplo en el blog de Sebastián Damunt.
Cuando leí que se lanzaba una nueva edición «revisada» del libro no dudé en apuntarme en Montagud para recibirla en cuanto estuviese disponible, ya que anunciaban (traducción mía, negrita y mayúsculas en el original):
Joan Roca y Salvador Brugués han trabajado duro para revisar y corregir esta obra maestra. El resultado es una versión RENOVADA y AMPLIADA de este libro con recetas y procesos actualizados.
Actualización de 7/Mayo: Al día siguiente de publicar esta entrada en la página retiraban este texto de la versión en inglés de la página y ponían este texto algo «más suave» en la versión en español:
Joan Roca y Salvador Brugués (El Celler de Can Roca), conscientes de la importancia de LA COCINA AL VACÍO como herramienta para muchos profesionales, llevan ya un tiempo trabajando en esta nueva EDICIÓN AMPLIADA Y REVISADA de la obra.
Pensé que habrían aprovechado la oportunidad para incorporar las enormes aportaciones hechas en este campo por autores como Douglas Baldwin en su guía gratuita, por el equipo de Nathan Myhrvold en Modernist Cuisine, o en las numerosas investigaciones científicas publicadas desde su primera edición. Y que aparecerían unas cuantas recetas nuevas que en este tiempo sin duda han desarrollado y servido en el Celler de Can Roca. El mayor grosor del libro en las fotos me hacía presagiar mucho contenido nuevo.
Menuda decepción cuando, a la recepción del libro, compruebo que el mayor grosor se debe casi únicamente a que se trata de una edición simultánea en castellano y en inglés, alternado idioma en cada página; que la bibliografía básica al final del libro no ha cambiado, la referencia más moderna sigue siendo del año 2002; y, acabada la lectura, que la estructura básica del texto no ha cambiado; que los errores de concepto permanecen; que sigue sin tratar cuestiones que considero claves para entender la técnica del sous-vide; y que no incluye ni una sola receta nueva. Lacras que, comprendiendo en un texto pionero del año 2003, me parecen inadmisibles en una obra del año 2014 que se presenta como «revisada» y «ampliada» y que cuesta tanto como la original. Más parece una modificación mínima para justificar la etiqueta de «revisado» y aprovechar así el tirón del Celler de Can Roca como número 1 (o ahora 2) del mundo en la lista San Pellegrino, lo que permitirá relanzar las ventas de un libro desfasado.
A quien tenga una edición anterior, no le recomiendo adquirirlo porque las novedades son pocas y los errores persisten. A quien no lo tenga, le recomiendo aprender la técnica en otros textos más completos como los mencionados.
Lo bueno
A favor del texto hay que indicar que es de los más orientados al trabajo real en restaurante con la técnica. Sus perfiles, conceptos, y análisis de procesos resultarán de gran utilidad al profesional que quiera implantar esta técnica en su cocina.
Las recetas están muy bien, yo he cocinado unas cuantas y funcionan a la perfección. Una pena que no se haya incluido ninguna nueva.
Nos dan perfiles para muchos alimentos, y aunque no es tan completo a este respecto como Modernist Cuisine, hay alguno adaptado a nuestro entorno que no cubre aquella, y aparecen nuevos pescados, mariscos, carnes, y verduras que no estaban en las ediciones anteriores.
Nos indican los autores que los cambios con respecto a ediciones anteriores son, principalmente, incorporar datos más precisos en las tablas de cocción, añadir verduras y mariscos, y generalizar el uso de salmueras como elemento inicial de la cocción (pese a lo cual varias de las recetas de carnes y pescados no han cambiado en absoluto y no emplean salmueras).
Lo malo
Pese a que La Cocina al Vacío cubre muchos aspectos de esta técnica, y algunos con bastante detalle técnico y científico, tiene ausencias evidentes y algún error, a saber:
El efecto de la presión
En varios puntos del libro se hace referencia al supuesto efecto de la presión, que queda bien resumido en la pág. 94:
En el vacío, la presión atmosférica que recibe el producto envasado provoca que el agua se vaporice antes que en las cocciones convencionales, en las cuales la presión no influye tanto en el resultado final (y eso favorece que el alimento reciba el efecto de la vaporización del agua en temperaturas más suaves, con todas las modificaciones que ello comporta). Este es pues un dato muy importante que distingue la cocción al vacío de las cocciones tradicionales.
(…)
La presión es uno de los principios fundamentales en los que se basa el vacío, ya que es el que facilita que un producto al vacío pueda cocerse a temperaturas inferiores.
Si bien es cierto que durante el proceso de envasado nuestro alimento está sometido a una reducción de presión, en el momento que la bolsa se sella y este proceso finaliza vuelve a estar sometido a la presión atmosférica normal. Sólo los contenedores rígidos permiten mantener una presión reducida. Por eso no es cierto —y supone un error de concepto grave— que el vapor de agua se consiga a temperaturas inferiores en el interior de una bolsa de cocción al vacío, ni que la comida se cueza a temperaturas inferiores a las que lo haría si no estuviese envasado. Todas estas afirmaciones solo serían aplicables a auténticas cocciones a presión reducida como las del sistema Gastrovac.
En este sentido, también se insinúan ciertos efectos de la presión sobre la calidad del resultado en varias páginas. Esta cuestión está abierta a debate, la investigación de nuestro admirado Jorge Ruiz et al. concluye que el grado de vacío no afecta organolépticamente a las carrilleras con los perfiles que probaron, mientras que otros como Dave Arnold o Mortensen et al. sí parecen encontrar cierto efecto. Discusión apasionante que no aparece ni mencionada en el texto.
El cálculo del tiempo
Acabado el libro seguimos sin entender bien cómo se calculan los tiempos de cocción. Se hacen apuntes —si es corte duro con colágeno requerirá tiempos largos, si es tierno tiempos cortos—, se dan puntos de partida para muchos alimentos, y se anima a usar sondas de aguja, pero no se analiza en ningún momento ni la transmisión de calor ni la obtención de tiempos concretos de calentamiento a corazón ni de pasteurización.
Es más, se afirma que los tiempos específicos pueden depender de variables como el «tamaño, volumen, peso o grosor» (pág. 118, negrita mía) y que al final es necesaria la «prueba y error». He aquí otro error serio. Los tiempos de calentar a corazón un alimento al vacío son perfectamente predecibles con un rango de error muy bajo. Dependen principalmente del tipo de alimento, tamaño y grosor, mientras que, pese a lo que afirman, el peso o el volumen son prácticamente irrelevantes. Los tiempos han sido tabulados por varios autores y existen aplicaciones que permiten calcularlos, cuya exactitud he comprobado numerosas veces usando termómetros de sonda. Todo esto lo analizamos aquí en su momento.
Pasteurización, temperaturas y tiempos
Tampoco se hace referencia en el texto a cómo podemos obtener tiempos mínimos concretos de pasteurización en función de la temperatura. Los autores definen las cocciones «indirectas» como aquellas en que se pasteuriza el producto a corazón, lo que permite abatir, refrigerar y regenerar más adelante, y nos dan recetas y perfiles que pasteurizan pero en ningún momento nos ofrecen las herramientas necesarias para saber por nosotros mismos si un perfil determinado pasteuriza o no nuestro alimento.
Además, para los autores cualquier temperatura por debajo de 65ºC no pasteuriza, afirmación que no justifican en ningún sitio. Es más, pese a repetirlo constantemente, luego insinúan en varios sitios que sí es posible pasteurizar a menor temperatura, pero nos dejan en el limbo de saber cómo, cuándo o en qué condiciones. Así, nos dicen que la «zona de riesgo» está entre 10 y 60ºC (¿y qué pasa entonces entre 60 y 65ºC?), o nos indican en el pie de la tabla 14 (pág. 128) que «La aplicación de tratamientos térmicos inferiores a 65ºC durante un periodo de tiempo muy superior a lo aceptado como seguro hace que podamos considerar estas cocciones indirectas como cocciones seguras. De todos modos, estos productos deberán tratase con mayor atención y, sobre todo, no prolongar su conservación más de 5-7 días.»
Hoy en día, sin embargo, miles de cocineros a partir de los trabajos de Baldwin y Modernist Cuisine consideramos seguros los perfiles de cocción por encima de 55ºC, siempre que se utilicen tiempos suficientemente largos, se abata rápido, y se limite el tiempo de conservación, y los llevamos aplicando durante años sin problema alguno.
Aunque entiendo que estos perfiles están en el límite y que un restaurante debe jugar con valores de seguridad establecidos y seguir las reglamentaciones correspondientes, creo que una obra de este tipo debe entrar con mucho mayor detalle en qué preparaciones son seguras, por qué, y, en los casos donde pueda haber cierta incertidumbre, señalarlo y explicarlo, algo que no hacen. Incluso podían haber incluido tiempos «aceptados» dentro de su rango como los que nos da la fundación Alícia en su documento Guia de pràctiques correctes d’higiene específica per a la cuina al buit.
Cocciones directas e indirectas
Roca y Brugués clasifican las cocciones al vacío en directas e indirectas, las primeras para consumo inmediato y las segundas para precocinar antes del pase. Aunque esta distinción es perfectamente válida y operativa para el restaurante, es, en mi opinión y como ya comenté en otra entrada, limitada desde un punto de vista más amplio. Si en su visión se hacen equivalentes las cocciones indirectas y la pasteurización a corazón, mucho más útil me resulta contemplar la seguridad como un continuo de posibilidades en lugar de una elección todo/nada, y, sólo de forma derivada, analizar la posibilidad de conservación posterior. Por ejemplo, yo con frecuencia pasteurizo a corazón para servir inmediatamente, p.e. si los comensales están en un grupo de riesgo —bebés, embarazadas, enfermos crónicos o ancianos—.
Anisakis
Me llama enormemente la atención que un libro que parece dar tanta importancia a la seguridad alimentaria recomiende cocciones directas de pescados a muy baja temperatura (entre 40 y 50ºC a corazón) sin mencionar en ningún momento el riesgo de Anisakis que conllevan, y que no sugiera la congelación previa para evitarlo, algo que para empezar exige la legislación actual. Por cierto que en ediciones anteriores aparecían al final listadas las principales leyes aplicables y vigentes en España, algo que se ha omitido en ésta.
Manda huevos…
…que no se estudien los mismos en un tratado de cocina al vacío. Cierto que no responden a la definición exacta, ya que en vez de envasarse al vacío se utiliza el envase natural de su cáscara, pero son considerados por muchos el mejor exponente de las cocciones a baja temperatura por la extrema sensibilidad de sus proteínas al calor. Ni una mención en todo el libro.
Otras omisiones
Somerísima explicación de los distintos tipos de equipos que podemos usar para cocinar al vacío, sin aclarar demasiado las ventajas, inconvenientes, funcionamiento, o precauciones a tomar.
Los posibles peligros de cocer en bolsas de plástico (bisfenol A, ftalatos) también suelen inquietar a quien se inicia en esta técnica. Ni una mención.
Toda técnica de cocina tiene ventajas e inconvenientes. En esta obra se destacan claramente las ventajas pero no así algunos de los incovenientes prácticos que nos encontramos. Por ejemplo, el hecho de que la comida sale más fría de lo que estamos acostumbrados y eso requiere ser especialmente cuidadosos con un acabado y servicio muy rápidos, y no olvidar nunca usar platos calientes. O que conseguir reacciones de Maillard intensas es complicado y suele requerir esfuerzos especiales y la aplicación de temperaturas más altas de lo normal. O que salar por anticipado unido a tiempos largos puede alterar la textura de la carne.
Y así…
Felicitaciones por tu análisis, en verdad es más didáctico tu blog que el libro de Roca «Cocina al Vacío», y otros, como Modernist Cuisine….. En mi experiencia, soy cocinero profesional, en el tema de la cocina del pescado, siento que genera desorientación, además de inseguridad en el tema del anisakis, por otro lado no son muy sinceros en los resultados. No conozco ningún colega que cocine pescados en restaurantes al vacío, llevo más de 15 años cocinando al vacío, y en pescados sencillamente no resulta, salvo algunos preparaciones con txipirones , o pulpo, o sea, los cefalópodos….saludos
Gracias xabier. Me sorprendes con lo de los pescados, desde luego en casa yo y mucha gente cocinamos pescados al vacío y quedan estupendos. Eso sí, conviene congelarlos antes, cuesta manipularlos porque se rompen con facilidad, y adquieren una textura que sorprende y que puede no gustar a algunos comensales. Un saludo.
Me meto… yo estoy tiempo sin hacer pescados (y tampoco he hecho muchísimos a excepción de bacalao confitado que es otra historia), pero nunca conseguí resultados que acabaran por convencerme excesivamente. A ver si lo retomo. Supongo que con un buen horno de vapor en un rte… Saludos!
Desde hace muchos años hemos congelado los pescados, en pocos casos hemos tenido un resultado no optimo, por ejemplo, con la merluza, no obstante el resultado se acerca, hay que optar entre seguridad o perfección teórica, te tendría que explicar más extensamente a qué me refiero….jajajaja . Trabajamos con salmueras. Por lo general trabajamos a 55 grados, en líneas generales son especies demersales, o aplicando temperaturas superiores, en esta alternativa el tiempo es muy corto, fundamentalmente a grandes especies pelágicas. Como marco general la idea es cocinar a baja temperatura, las excepciones depende de la variedad.
Tengo clara la diferencia de cocinar en casa a cocinar en una cocina profesional, para bien o para mal, no obstante, el pescado cocinado al vacío no logra, en mi experiencia, un resultado standar como se logra en una cocción a baja temperatura en horno, sartén, plancha…..creo que tiene que ver con el estado biológico (exhausto, rigor mortis, etc) con el que te llega el pescado.
!Ah!, en estos días viajo a España, y como bobo compro las publicaciones nuevas, me has ahorrado unos cuantos euros, gracias!, jajajaja.
Muy interesante Xavier, gracias por tus aclaraciones. Un saludo
Yo tengo tan solo año y medio de experiencia en cocinas, y en las tres donde he estado se cocinan habitualmente pescados al vacío, salmonete, salmón, merluza, etc. En alta cocina últimamente por ejemplo es raro ver un salmonete preparado de otra forma. No intento decir que lo que aportas, Xavier, sea falso, solo que creo que se están usando más de lo que estimas (los tres restaurantes donde he estado tienen 1 o 2 estrellas Michelín.
Soy bastante neófito en el tema de cocinar con vacío; pero bueno para tener una cierta experiencia en el tema por el estudio y la practica. Los pescados mejoran en textura y sabor a temperaturas por debajo de 50 grados; obviamente precisan de congelación previa por el tema del anisakis. Donde mas se nota la mejora es en aquellos pescados mas «correosos» como pueden ser el emperador y el pez espada que es bastante difícil encontrarlo sin congelar. En bacalao desalado los resultados son espectaculares con temperaturas no superiores a 47 grados; eso no quiere decir que no cocine bacalao a la riojana y bacalao rebozado; depende mucho del grosor y tamaño de la pieza a la hora de considerar el procedimiento de cocción a aplicar. En salmón, para mi gusto, se «ablanda» demasiado al textura; ahora bien para unas parientas mías conocedoras del buen comer, nunca habían comido un salmón tan exquisito.
En alguna celebración colectiva a la que he asistido para el pesado el sous vide estaba presente y estaba exquisito, salvo que el nivel de desalción del bacalao era tal que podía ser cualquier pescado; por el contrario la carne de cordero servida y tratada con el asado convencional, fue una verdadera desgracia. Un familiar mio en un vuelo a Turquía le sirvieron un taco de carne grueso al sous vide que lo disfruto porque a pesar de sus problemas dentarios pudo disfrutarlo; me envió un mensaje diciendo. Creo en el sous vide, no necesitas szer tan peñazo.
Cierto es que el «ablandamiento» de la textura de pescado no es tan importante como el de la carne para personas mayores con problemas de dentición que pueden disfrutar de un entrecot al sous vide, como lo disfruto un familiar mío que llevaba algunos años sin paladear esa carne que tanto le ha gustado.
EL sous vide en nuestra cocinas domésticas es una gran aportación y en mi casa uso mas el horno de agua que el horno convencional que ademas desde el punto de vista energético es mas ineficiente.
¿Es mas barato el horno convencional que el horno de agua?; la respuesta es NO y nadie discute la necesidad de tener un horno e la cocina; Tampoco nadie discute tener un microondas; ahora bien un microondas de antena giratoria y con un ciertoas preatciones tampoco es barato.
Mi recomendación para personas mayores de 60 años con problemas dentarios (esqueletos, prótesis) e incluso los mas jóvenes que llevan brakes, un horno de agua o u circulador de inmersión pueden ser útiles en sus cocinas, como otros utensilios que no se discuten su necesidad
Muy buena crítica. ¡Se aprende más con ella que con el libro!
Ja jaaa tampoco es eso, pero gracias 😉
Genial Enrique. Solo dos cosas:
1.- Llámame pesado: ni Baldwin ni Modernist han hecho trabajos sobre microbiología. Hasta donde yo sé, se limitan a recopilar datos, pero no han hecho challenge test dónde se evalúe el efecto del tratamiento sobe microorganismos específico (y patógenos)
2.- En los comentarios dices : «…conviene congelarlos antes…». Yo creo que (al menos de cara al público) hay que decir «…hay que congelarlos antes…»
Saludos y mil gracias por la entrada y las menciones
Muchas gracias por tu comentario Jorge, y por tu ayuda.
1. ¡Pesado! X-D No, en serio, por supuesto que el trabajo de Baldwin y MC es de recopilación, pero eso no les quita mérito, hicieron un esfuerzo ímprobo por estudiar y aclarar muchos aspectos de la técnica que hasta ese momento no estaban nada bien entendidos. Ciertamente, sus recomendaciones en las temperaturas al límite (en torno a 55ºC) están basadas en extrapolaciones y en la escasa investigación real existente en ese entorno de temperaturas. Pero creo que son suficientemente claros en la manera de hacer esas temperaturas seguras (calibración de los termómetros, tiempos muy largos, en su caso enfriado muy rápido y limitación del tiempo de conservación) y en los posibles riesgos. Sí, es posible que presenten con demasiada «confianza» algo sobre lo que aún se debe investigar, pero somos muchos los que hemos seguido sus recomendaciones ya durante unos años sin problemas. Sé que eso no es prueba científica de nada, tan solo un dato, pero ahí está.
2. Prefiero presentar la información y que cada uno decida los riesgos que quiere correr, por eso solo sugiero. Conozco mucha gente que come pescado crudo o poco cocinado sin congelar, yo mismo lo hago a veces (si solo lo como yo, no si tengo que servirlo a otros).
COMO SIEMPRE IMPECABLE SU ANALISIS, ES UN PLACER LEER SUS COMENTARIOS
Gracias Santiago, también es un placer leer estos comentarios 😉
Enrique,
Gracias por el comentario del libro. Creo que han perdido una ocasión única de actualizar el libro, pero no sé, quizás sea sólo cosas de la editorial que tienen ganas de vender algo nuevo que realmente no lo es.
Sobre lo que comentas del anisaki, quizás no mencionan nada, porque si no me equivoco con la legislación actual están obligados a que todo el pescado que usan en restauración sea ya congelado, ¿no? Así que en el fondo el riesgo y el tratamiento es exactamente el mismo.
Y aprovecho y te cuento: Me he hecho con un chisme de Anova (http://anovaculinary.com/). Te puedo decir que es un aparato excelente, y por lo que he podido probar y ver no tiene nada que envidiar a las solución Polyscience que usan en MC y por una fracción de su valor. Tiene una precisión de 0.1º, tiene impulsor de agua para mantener la temperatura constante en todo el baño y un algoritmo PID que mantiene la temperatura de forma muy precisa.
Ayer lo probé con una merluza a 45º siguiendo tu receta, pero utilizando la técnica de «salmuera» rápida como viene en el MC at Home con azucar y sal directas a la pieza. El resultado impresionante. Hoy la prueba ha sido con un entrecot a 54º e impresionante también.
Casualmente hoy Anova ha lanzado vía kickstarter una versión 2.0 del aparato de baño, será aún más barata, 169$, y se controlará vía móvil. Tiene muy buena pinta.
Gracias David,
Que yo sepa no es obligatorio congelar todo el pescado, solo el que va a consumirse crudo o semicrudo, o sea, con un tratamiento térmico que no alcance los 60ºC a corazón que se considera en la legislación lo imprescindible para desactivar las larvas de anisakis. E incluso si fuese así sigo diciendo que es algo que habría que mencionar, y muy claramente, en el libro.
Sobre el Anova, me gusta mucho y la gente que lo tiene está muy contenta. Y la nueva versión tiene muy buena pinta, me parece especialmente útil que la pinza pueda desplazarse verticalmente para adaptarse a recipientes pequeños, que yo sepa son los primeros en proponer algo así. Lo del móvil también está bien, aunque me parece secundario.
Extraordinaria revisión de un libro por una persona que ademas de leérselo, sabe de lo que escribe. Gracias por tu aportación.
El anisakis es cada día un problema mas importante en nuestro país; días pasados ABC traía una una noticia a cerca del grado de contaminación de las 4000 toneladas de anchoa capturadas y que hizo alertar a cerca de ello a las autoridades vascas y recomendar ciertas medidas del manipulado del pescado; en realidad las autoridades sanitarias vascas negaban que fuese una alerta, («no es una alerta, sino un recordatorio»).
La forma de aproximarse al problema aquí en España, salvo en la restauración importante, deja que desear; ¿Puedes tomarte con tranquilidad las sardinas «frescas» a la plancha en el restaurante de al lado?; yo he cambiado bastante mis hábitos en las escasas salidas que realizo
Pongamos por ejemplo la recomendación de eviscerar el pescado lo antes posible; para la merluza se hace en origen o por el mayorista y así la encuentras en el mostrador de las pescaderías; ahora bien, otros pescados altamente contaminados de anisakis como la caballa o la anchoa los ves a lo largo de la mañana o la tarde con sus vísceras en los mostradores.
En las pescaderías minimizan el problema por el miedo a que las ventas disminuyan y que la gente si tiene que congelar, se lance al congelado.
Y en los productos que se venden envasados de bacalaos desalados no se informa en ningún lado de que ese producto no tiene anisakis vivos.
Como siempre se necesita claridad, transparencia e información; por ello la critica que haces a la ausencia de información sobre este tema en un libro de cocina podría ser tolerable en la primera edición en la actual, es intolerable.
Muchas gracias Manolo.
Los pescados al vacío: impecables. Las carnes con la ayudita de chef step, maravillosa. Tengo el libro primero de Joan Roca. Para mi, aunque me gustó, me resultó un poco decepcionante. Para ser de lo poco que hay escrito en español, debería haber sido mucho más didáctico. Así que lo que comentas de este es determinante para no comprarlo. No me parece bien que aprovechen el tirón de lo del número uno para vender. Se me quitan las ganas de ir a comer a su restaurante. Desde aquí le proponemos que asista a unas clases de pedagogía de Robin Food e Ibán Yarza, o que revise los vídeos de estos dos monstruos de la comunicación. Gracias Enrique
Gracias por tu comentario Manu. Poco didáctico sí que es. Dos monstruos, ciertamente, yo aprendí a hacer pan en un curso de Ibán. Hombre, yo ganas de ir al restaurante sí que tengo, no creo que tenga que ver una cosa con otra. Y el libro del Celler de la misma editorial me gusta mucho.
No sé que empeño tienen los de Montagud en sacar ediciones bilingües de sus libros. No se trata de clásicos de la Literatura universal que merezcan estar en versión original y traducción. Al final uno siente que paga por la mitad del libro que no interesa.
Esto lo hacen en su revista Apicius, con el agravante de tener frecuentes errores tipográficos en la versión en español, mientras en inglés ni uno (les funcionará mejor el revisor automático).
Gracias por el comentario (y un placer leerle por aquí). Totalmente de acuerdo.
Apreciado Enrique,
Leo con preocupación tu extenso y correcto análisis del libro de cocina al vacío que conjuntamente con Joan Roca soy autor. La verdad es que no puedo rebatir ninguno de tus argumentos ya que además de ser correctos están cuidadosamente argumentados.
La verdad es que nuestra intención cuando nos pidieron reeditar el libro fue tan sólo el de poner al día las tablas de temperaturas que nosotros estamos usando y que en algunos casos hemos modificado de la primeras que utilizábamos ya que nos creíamos en la obligación de que esta edición fuera mas “real o ” en este tema, incorporamos 2 o 3 cosa nuevas con esta idea .
Probablemente la explicación que se ha realizado no ha sido la mejor posible , entiendo que la imagen y el mensaje sobre el libro no fue en un primer momento suficientemente clara y da pie a una interpretación diferente a la que nosotros queríamos comunicar. Este no es un libro nuevo, es el mismo con sólo algunos matices. Sinceramente creemos que hay libros, como los que vosotros mismos apuntáis, que tratan perfectamente temas técnicos y científicos que nosotros no podríamos mejorar por lo que nuestra intención no era la de escribir un segundo libro de cocina al vacío.
No quiero apartarme las culpas de encima marcando a los editores como responsables de este malentendido seguramente tampoco yo he estado suficientemente estricto revisando el planteamiento de nuestros socios de viaje de Montagud aunque también entiendo que la incorporación de las nuevas tablas ,el uso de salmueras y la modificación de algunas temperaturas en las recetas ofrecen al nuevo lector datos reales con los que poder ayudar a la mayoría de cocineros que buscan soluciones practicas en el uso del vacío
Hemos pedido a Montagud que reformulen su mensaje, que sea mas claro y evitar errores en la interpretación de lo que es este libro.
Asimismo aprovecho para pedir disculpas a todo aquel que como tu se haya podido sentir decepcionado por la obra y aprovecho para felicitaros por vuestro fantástico blog
Salvador Brugués
Muchas gracias Salvador por tu comentario. Una respuesta cuya sinceridad te honra y que realmente agradezco.
Ciertamente, el mensaje es lo que falla, se anunciaron unos cambios que presagiaban más de lo que es. La editorial debería dejar perfectamente claro lo que se debe esperar de la reedición.
Un cordial saludo
Enrique
Gracias por avisar porque iba a comprármelo el libro nuevo …tengo el antiguo …todo lo que sea de cocina al vacío lo compro …trabajo mayormente con cocina al vacío en mi carniceria ……por cierto podrías páseme alguna receta de cuello de cordero rellenó ..esque nos sobran muchos cuellos y quisiera poder gastarlos ha raciones rellenos con una salsa ….gracias un saludo
Hola Enrique, solo un pequeño aporte: ayer me llegó mi Anova Precision Cooker y, ni corto ni perezoso, lo estrené inmediatamente. Tenía ya un corte de lomo de atún envasado al vacío y congelado, sin salar ni nada. Dejé que se descongelara y lo preparé con el agua a 50º durante 11 minutos.
Al sacarlo, le di 30 segundos de sartén caliente con 2 gotas de aceite por cada lado y un chorrito de soja.
El resultado: impresionante. Una textura brutal, que se deshacía en la boca y el sabor intenso, maravilloso.
Al haberlo envasado previamente y congelado, cero riesgos de anisakis y practicidad a tope 😉
Hola Joaquín, gracias por el comentario. El atún a baja temperatura queda fantástico, me alegro de que te haya gustado. Y el Anova PC va de miedo 🙂
Hola Enrique! Estoy buscando un buen libro sobre cocina al vacío y leo en tu blog que la revisión de La Cocina Al Vacío, de Joan Roca, deja un poco que desear. No tengo la primera edición del libro tampoco, pero siendo de 2003 entiendo que tiene que haber bibliografía más actualizada. Me podrías orientar sobre alguna publicación que merezca la pena? Muchas gracias!
Hola Laura, me temo que en Español no conozco ningún texto que, en mi opinión, merezca la pena, salvo la traducción al español de Modernist Cuisine, pero es una obra amplia que va mucho más allá de la cocina al vacío, es cara, y creo que está agotada. Si lees inglés te recomiendo la guía online gratuita de Douglas Baldwin, sigue siendo lo mejor que hay, los cursos de ChefSteps, y por supuesto Modernist Cuisine (los 5 volúmenes, NO el at home).
Hola Enrique, soy Chef profesional. Mi pregunta es si tu curso on line me vendrá bien para aplicar las técnicas que muestra en una cocina de producción. Disponemos de vaporizadores combinados Rational, envasadora con inyección de gas, abatidor de temperatura, etc. Gracias, te felicito por la web, la descubrí la semana pasada.
Hola Francesc, creo que mi curso tiene partes que son perfectamente aplicables a nivel profesional, a nivel sobre todo de técnica y también de teoría, ya que creo que muy pocas fuentes ofrecen tanta información sobre por qué se usan unas temperaturas y no otras para cada tipo de alimento, cómo calcular los tiempos de cocción, o las implicaciones de seguridad alimentaria.
Por otro lado, ten claro que se trata de un curso orientado al uso en casa. Los equipos que se revisan son domésticos, los perfiles recomedados suelen implicar tiempos demasiado largos para el pase en un restaurante, y cuestiones como qué temperaturas son óptimas si solo tienes uno, o dos, o tres equipos disponibles en cocina, que son importantes para organizar el trabajo en el restaurante, no se tratan.
Un saludo
Hola Enrique, definitivamente me voy a comprar el curso. Seguro que sacamos muchas conclusiones aplicables a nuestra cocina de producción. El tema de la regeneración no me preocupa tanto como conocer con exactitud los tiempos de conservación. Recuerdo que con Toni Botella pasteurizámos a 58º Celsius en corazón. En fin, no te quiero cansar con aventuritas de mis experiencias en los inicios del vacio en nuestra querida piel de toro. Te vuelvo a felicitar. Gracias y saludos.
Hola, Enrique y enhorabuena por tu blog.
He visto que acaba de publicarse un nuevo libro titulado «Cocina Con Joan Roca A Baja Temperatura». ¿Has tenido ocasión de hojearlo? Si es así, ¿has podido comprobar si se trata una vez más del libro de 2003 con un lavado de cara o si realmente han añadido recetas y han actualizado los contenidos?
Muchas gracias
Hola Agustín. Acaba de salir, aún no he podido verlo. Más bien parece el libro que sacó Roca para casa hace un par de años y en el que ya hablaba de cocina al vacío, pero tratando este tema de manera más extensa. Me da la impresión, viendo la web asociada rocook.com de que el contenido debe ser ligero, destinado totalmente al mercado doméstico sin pretensiones de entender en profundidad la técnica, intentando hacerla fácil y así evitando cuestiones como el cálculo de los tiempos de cocción. Pero hasta que no lo tenga no puedo estar seguro.
Gracias por los comentarios.
He visto que desde la página web de la editorial se puede descargar el índice. Por lo que he podido comprobar, la organización de los capítulos ha cambiado completamente, por lo que parece que al menos han reorganizado los contenidos. Entre otros cambios, han introducido un capítulo sobre trucos para mejorar la cocina a baja temperatura, en donde hablan de salmueras, líquidos de gobierno, encurtidos especiales, impregnar, desairear, etc. Al menos esta parte parece ser nueva.
Una entrada espectacular… El tema de la presión… física básica. Me apunto tu blog.