El Bok Choy, o col china pequeña, es una verdura que nunca había probado. La vi en la frutería y me acordé de esta entrada de Christophe. Por cierto, que recibe varios nombres distintos: pak choi, pak choy, bok choi…

En crudo me pareció espléndida, un punto dulce y crujiente que, la verdad, no necesita mucho más. Así que lo lógico parece una cocción mínima, tal como propone Modernist Cuisine, que afirman que es una de las verduras que mejor resultan en el microondas. Lo cierto es que, pese a las reticencias de muchos cocineros, hay muchas verduras que quedan magníficas cocinadas con este electrodoméstico, que ofrece una cocción rápida, sana —las verduras se cuecen rapidísimo y en su propio vapor de agua, por lo que apenas se pierden vitaminas hidrosolubles— y rica —tampoco se pierden azúcares ni minerales—. Cristina Galiano es una de las más firmes defensoras de este electrodoméstico y tiene muy buenos consejos de uso.

En Modernist Cuisine proponen dos maneras de prepararlo, en un recipiente de microondas con 2 mm de agua en el fondo y cerrado con papel film, o embolsando al vacío con un poco de agua. Este segundo método me parecía extraño, si no usas una bolsa grande y ajustas muy bien el tiempo, es fácil que la bolsa estalle por el vapor de agua, como de hecho comprobé que sucede.

En Modernist Cuisine indican 50 g de agua para un Baby Bok Choy de 200 g y 2 minutos en el microondas a máxima potencia. Mis Bok Choys eran de unos 160 g y usé 40 g de agua. En un minuto y medio a máxima potencia estallaba la bolsa, con un minuto salían perfectos. Personalmente, creo que embolsarlos al vacío no aporta nada, se cocinan igual en el recipiente con un pelín de agua en el fondo y es mucho menos lío.

Emplaté la verdura con tres acompañamientos que tenía en la nevera de preparaciones anteriores: manzana en encurtido dulce, semillas de sésamo hidratadas, y la salsa de las coles de Bruselas fritas.

Una nueva y rica verdura para añadir al arsenal de platos vegetales.