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Ya sabemos que la olla rápida es la herramienta perfecta para fondos y caldos de carne, tanto por sabor como por conveniencia. Pero, ¿qué sucede con otros fondos? Aunque los de pescado, marisco o verduras pueden elaborarse también perfectamente con la olla rápida, en estos casos existen buenas razones para que métodos más suaves sean una buena alternativa.
Hoy comparamos dos técnicas para el fondo de verduras que nos proponen en Modernist Cuisine at Home: por un lado al vacío —sous-vide, representativo de la cocción más suave posible—, por otro en olla rápida.
Ingredientes
- 550 g de cebolla
- 400 g de zanahorias peladas
- 200 g de puerro, la parte blanca
- 200 g de apio
- 100 g de champiñones
- 50 g de tomate
- 20 g de perejil fresco
- 20 g de cebollino
- 2 g de hojas de tomillo fresco
- 2 g de pimienta negra
- 2 g de semillas de cilantro
- 1 g de anís estrellado, machacado
- 1 g de laurel fresco
- 1 l de agua
Para cualquiera de los métodos preparamos los ingredientes la misma forma, picándolos bien finos con el cuchillo. Dicen los grandes cocineros que la extracción es distinta si se pican a cuchillo que si se pican a máquina, p.e. con un robot de cocina. Yo no tengo claro que mi paladar sea capaz de captar esos matices, así que algún día probaré a hacerlo con máquina, lo que facilitaría mucho la preparación. De momento, lo hago a cuchillo.
Para obtener un fondo oscuro mezclaríamos los vegetales con aceite de oliva y los doraríamos en el horno a unos 200ºC hasta que estén tostados, o bien los pasaríamos por la sartén (en tandas para que no se cuezan sino que se doren). En esta comparativa he preparado un fondo claro.
Preparación Sous-Vide
Podemos juntar todos los ingredientes en una bolsa de vacío, pero sin envasadora de campana es mucho más fácil emplear tarros de conservas. Repartimos los ingredientes y el agua por igual en los tarros y los cerramos. Como las verduras ocupan mucho y pesan poco, es necesario picarlas muy finas y apretarlas bien para que el agua las cubra.
En cada tarro de 1 litro caben entre 250 y 300 ml de agua y una cuarta parte de los ingredientes sólidos. O sea, que para 1 litro de agua necesitaremos cuatro tarros de 1 litro. Cuatro tarros anchos de la marca Leifheit caben justo en la Demi, tanto de altura como de anchura, aunque yo he usado sólo dos.
Como los tarros son muy anchos tardarían mucho más que la bolsa en alcanzar la temperatura objetivo, por lo que yo los lleno con agua ya caliente.
Calentamos el equipo para cocinar al vacío a 85ºC y, cuando alcanza la temperatura, introducimos los tarros. Esperamos a que recupere la temperatura y mantenemos cuatro horas (tres en el caso de usar bolsas).
Sacamos los tarros a un contenedor grande lleno de agua con hielo (yo suelo usar el fregadero) y, tras alrededor de una hora, pasamos al frigorífico. Podemos colar inmediatamente, pero nos recomiendan en Modernist Cuisine at Home infusionar en frío durante doce horas más, lo que yo he hecho. Tras ese tiempo abrimos los tarros, colamos y reservamos el fondo.
Preparación en olla rápida
Juntamos todos los ingredientes picados con el agua en una olla rápida con válvula bloqueante, tapamos, calentamos con el fuego al máximo hasta que se alcanza la presión máxima («2 rayitas»). Bajamos el fuego para que se mantenga la presión y mantenemos 35 minutos. Transcurrido el tiempo apagamos el fuego y dejamos que la presión baje por sí misma. Colamos y reservamos el fondo.
Comparativa y conclusión
En primer lugar, la preparación al vacío es mucho más trabajosa que la de olla rápida. No sólo tardamos muchísimo más, sino que manchamos cuatro tarros. Además, el rendimiento es notablemente menor. Si en la olla rápida obtenemos 1 litro y medio de caldo a partir de 1 litro de agua, al vacío obtenemos sólo 1 litro y 150 mililitros (seguramente más si eliminásemos la infusión en frío).
El fondo al vacío es más claro que el de olla rápida, en la que probablemente se producen reacciones de pardeamiento.
De sabor, el fondo al vacío es más suave, aromático y sutil. Se aprecian bien los distintos olores, especialmente de los aromáticos como el cilantro, mientras que en el de olla rápida es difícil percibirlos. El fondo en olla rápida es más fuerte, más potente, pero se diluyen los delicados matices de cada uno de los vegetales que sí se captan en la preparación a baja temperatura. Una buena idea para compensar la dilución de los aromáticos es infusionar nuevas hierbas y especias al recalentar el caldo para su consumo. Una manera estupenda de hacerlo es usar una prensa francesa.
Personalmente, para el día a día emplearé la olla rápida, ya que las ventajas de cocinarlo al vacío no me compensan el mayor tiempo y trabajo que requiere. Dejaré el vacío para platos y ocasiones especiales que requieran ese sabor más suave y delicado, por ejemplo para consomés.
Magnífico análisis Enrique,
Aunque como sabes, soy un enamorado del sous vide, no dejo de reconocer que no todo es práctico hacerlo con esta técnica, como tu muy bien has expuesto en este post.
Un saludo,
Gracias, buen comedor.
¡Utilísimo post! Tengo el MC original y también creo que se le puede sacar mucho partido en la cocina doméstica. A pesar de que conocí tu blog la semana pasada, ya me he leído muchos de los posts antiguos, y te agradezco de verdad que compartas tus experiencias tanto con máquinas como con técnicas. Ya estás en mis favoritos.
Saludos!
Gracias Mª Ángeles, tu estupendo blog también está en mi Google Reader. Completísimo y con unas fotos que yo, cuando sea mayor, quiero aprender a hacer 😉
Hola, Enrique:
buena reflexión sobre esta dos técnicas para hacer fondos. Yo no tengo máquina sous-vide, pero coincido contigo en tu argumento final. No creo que merezca la pena el trabajo que lleva realizar un fondo de esta forma. Como se ve en las fotos el fondo hecho en la olla es más oscuro, como bien dices por las leves reacciones de pardeamiento producidas por la elevada temperatura que se alcanza, y por lo tanto tendrá otros matices de sabor que estas reacciones aportan. Supongo que será cuestión de gustos y sobre todo de para qué vayas a destinar el caldo. Porque, ¿hasta qué punto seríamos capaces de detectar la diferencia entre ambos si lo utilizamos como parte de otra preparación? Me refiero a utilizaro por ejemplo en un arroz, una crema, un guiso… Ahi entran en juego otra serie de matices y sabores que probablemente enmascarasen tanto el sabor del propio fondo que no fuera posible obtener una diferencia tangible, por lo que el esfuerzo no tendría sentido. Igual en preparaciones tipo sopa/consomé como mencionas al final tiene más sentido. Aunque no sé si te compensa el tiempo empleado con la que tendrás ahora en casa a diario 🙂
Un saludo!
Gracias por tu comentario Iván. Efectivamente para arroces, cremas y demás no creo que merezca la pena. En realidad no es trabajoso, porque, como siempre al cocinar al vacío, requiere poco tiempo activo del cocinero, casi todo el trabajo se lo lleva cortar las verduras que es igual con ambas técnicas, pero aún así son 4 tarros a lavar y 15 horas de espera…
Buenas! De entrada parece muy aparatoso preparar caldo SV. Respecto de los matices, que piensas que ocurriría si nos quedamos en la primera raya de la olla y/o se reduce el tiempo?
Otra cosa, veo que entre los ingredientes hay anís estrellado, no te queda mucha potencia de anís al final. Siguiendo los consejos de HB hice un par de estofados de ternera con anís estrellado y a pesar de que el concepto me gusta, incluso con un brazo de la estrella resulta demasiado potente para mi…
Saludos,
Pablo.
Las dos cocciones representan los extremos, a la mínima y la máxima temperaturas factibles, respectivamente. Está claro que habrá un gradado si decidimos ir reduciendo la temperatura. Seguro que la opción que comentas es una buena posibilidad para conseguir que no salga tan intenso (aunque ojo, dependiendo de la receta puede ser que intenso sea lo que nos interese). La cocción tradicional en olla a fuego lento sería otra alternativa, solo que en este caso, a diferencia tanto del sous-vide como de la olla rápida, se pierden muchos volátiles, por lo que no me convence tanto. Por cierto, que yo creo que la infusión en frío durante 12 horas en el caso de la cocción al vacío también aporta bastante.
En cuanto al anís estrellado, no se usa mucho, y yo creo que al cocerse el aroma no es tan fuerte como cuando p.e. se sofríe con cebolla, por lo menos yo no lo noté demasiado, casi más el cilantro (aunque también puede deberse a que uno y otro lleven distinto tiempo en mi despensa, las especias van perdiendo durante el almacenaje…)
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