«Doramos la carne para sellar sus jugos dentro». Esta frase, oída por todos nosotros en docenas de ocasiones, es el falso mito más persistente de la historia de la cocina.
Y por eso da nombre a este blog, en una invitación a revisar tópicos y fomentar el conocimiento sistemático de lo que sucede en los fogones.
Una simple búsqueda en Google revela que, pese a desbancarse por primera vez en los años treinta del siglo pasado, el falso mito pervive en el (des)conocimiento colectivo. Autores de libros de cocina, canales temáticos televisivos, o la wikipedia en castellano (no así en inglés) repiten una y otra vez la falsa afirmación sin reparos.
No sólo es falso, sino que sucede exactamente lo contrario. Los jugos se pierden porque el calor contrae el colágeno de la carne. El fuerte calor del sellado provoca precisamente una contracción y pérdida de jugos mayor. Revisemos lo que dice al respecto “La cocina y los alimentos” de Harold McGee, la obra de referencia de ciencia aplicada a la cocina, en su página 172:
La explicación más célebre de un método de cocina es, probablemente, esta antigua frase: «Socarrar las carnes para sellar los jugos dentro». Al eminente químico alemán Justus von Liebig se le ocurrió esta idea hacia 1850. Fue desmentida pocas décadas después, pero su mito sigue vivo, incluso entre cocineros profesionales. (…)
Las ideas de Liebig prendieron muy rápidamente entre los cocineros y autores de libros de cocina, incluyendo al eminente chef francés Auguste Escoffier. Pero unos sencillos experimentos en la década de 1930 demostraron que Liebig estaba equivocado. La costra que se forma alrededor de la superficie de la carne no es impermeable, como ha podido comprobar todo cocinero: el continuo siseo de la carne en la sartén, el horno o la parrilla es el sonido de la humedad que escapa continuamente y se evapora. De hecho, la pérdida de humedad es proporcional a la temperatura de la carne, así que el calor intenso del tostado seca la superficie de la carne más que el calor moderado. Pero el tostado añade sabor a la superficie de la carne, gracias a los productos de las reacciones de pardeamiento, y el sabor hace fluir nuestros jugos. Liebig y sus seguidores se equivocaban en lo referente a los jugos de la carne, pero acertaban al decir que el socarrado deja la carne deliciosa.
Hay otra buena razón, además de las reacciones de Maillard mencionadas por McGee, para aplicar una alta temperatura a la superficie de la carne: es donde se acumulan todos los patógenos, y el calor los elimina. Así que tanto el sabor como la seguridad son los dos motivos por los que «sellamos», y no para retener ningún jugo.
¿Aún te quedan dudas? El experimento es muy sencillo: coge dos piezas de carne prácticamente idénticas en forma y peso. Sella una y la otra no. Cocínalas simultáneamente en la misma sartén u horno, vuelve a pesarlas. La pérdida de peso es el agua que se ha escapado. ¿La costra ha sellado algo?
CRÉDITOS: Foto de Laundry Broad, bajo licencia Creative Commons.
Eduardo, hace mucho tiempo José Andrés dedicó uno de sus programas de «Vamos a cocinar» a desmentir esta teoría tan extendida en la cocina contemporánea, asando un trozo mediante dos técnicas: con sellado previo y sin él. La merma de peso en la carne que se había dorado era mucho mayor que en la otra… Y aún así, seguimos defendiendo esa absurda teoría!!!
Por cierto, fuera del asunto del post, ¿tu envasadora al vacío es la de Sous Vide Supréme? Permite el envasado con líquidos, ¿verdad?
Muchas gracias y enhorabuena por tu pedazo de blog!!!
Hola Pollito, ¡no me rebautices tan pronto! 😉
Gracias a tí por visitarme.
La envasadora que tengo es una Magic Vac Maxima. Las que comercializan los de Sous Vide Supreme son muy malas, no te las recomiendo. En principio, las envasadoras laterales no permiten envasar líquidos, pero puede hacerse si la envasadora tiene un botón de «sellar inmediatamente», con un poco de cuidado: utilizas una bolsa bastante más larga que el alimento (que sobren entre 5 y 10 cm), la «cuelgas», empiezas a envasar y en cuanto el líquido empieza a subir por los canales de la bolsa, sellas inmediatamente. Lo contaré próximamente con detalle en una entrada, ya que bastante gente me lo pregunta.
Perdona Enrique, se me ha ido la olla un poco…
Miraré entonces otras opciones de envasadoras si me dices que las de SV Supréme son una castaña… me fío mucho de tu opinión 🙂
Muchas gracias por todo!!!
Por cierto Pollito, por aclarar, no es que sea mala la marca, FoodSaver tiene modelos buenos y mucha gente los está usando para SV. Pero el modelo que han escogido los de SV Supreme es bajo de gama y no es el más recomendable.
Enrique, enhorabuena por tu blog. He llegado a el vía Iñigo de Umami Madrid y la lectura ha merecido la pena. Además el nombre es absolutamente genial.
Muchas gracias Javier. Un placer tenerte por aquí.
Hubiera puesto la mano en el fuego con lo de dorar la carne para sellar los jugos…… si no lo he oído 100 veces, no lo he oido ninguna!
Gracias!
Gracias a ti por visitarme. Sí, yo también lo he leído en libros, lo he oído en cursos, y he tenido unas cuantas discusiones con cocineros profesionales y demás… En fin.
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Interesante información. Soy iniciada en la cocina y no me quiero creer nada al 100% porque sí. Lo de los jugos, en efecto, es lo primero que dicen.
Seguiré por aquí. Saludos de una futura cocinera profesional (y de las buenas).
buenas de nuevo Enrique; deduzco (corrígeme si me equivoco) que si voy a hacer (por ejemplo) lomo de cerdo en un horno a vapor será mejor dorar después del horneado?
podrías decirme cual sería la temperatura ideal a corazón? (voy a usar sonda)
y ultima pregunta (por lo de ahora je je je) es mejor hornear a baja temperatura (130º menos no me permite el horno) o da lo mismo hornearlo a 180º y reducir tiempo; insisto le metería sonda térmica al centro del lomo
Muchas gracias y saludos